Gracias a mi maestro David MacKay por permitirme agregar los enlaces de sus videos a este blog.
Encontrarán muy pocos videos en línea sobre EFT como estos, aprovecha esta oportunidad de verlos!!
Abajo encontrarán el video de una sesión de EFT dirigida por David para trabajar el «miedo a los perros» ; es solamente una hora pero notarán los cambios impresionantes y la interesantísima raíz del problema.
Es un video muy intenso, les recomiendo hacer tapping «acompañando» a Isabel y David al tiempo que lo ven.
Y tu, ya te animaste a bajar por fin la intensidad de los temores que te obstaculizan??!!
Ver aquí el video: Miedo a los perros from David MacKay on Vimeo.
Nota de David: Con el permiso de Isabel, estoy incluyendo por primera vez en esta página un enlace a la grabación de la sesión. Muchas gracias Isabel por tu disposición a ayudar a otros con tu ejemplo. Como verán, la grabación no es de calidad profesional, pero espero que ayude a los que quieren conocer más a fondo esta técnica. Sus comentarios y sugerencias son bienvenidos (david@eftmx.com). Espero recibir de otros practicantes de EFT reportes con grabación, para que los estudiantes puedan conocer diferentes estilos de trabajo.
Por David MacKay
Durante un taller presencial en Guadalajara trabajé con Isabel que sufre de miedo a los perros desde que tiene seis años. Había preguntado al grupo si alguien tenía un trauma con el cual podríamos trabajar para demostrar la Técnica de la Película que acababa de explicar a los participantes. Desde su silla, Isabel empezó a narrar un evento cuando su madre fue atacada por dos perros. Isabel había intentado ahuyentarlos, pegándolos con su zapato, pero no dejaban de morder a su madre. Empezaron a rodar las lágrimas, y la invité a pasar al frente.
El título que Isabel escogió para la película fue “Horror”. Dada la intensidad que había visto en ella, elegí empezar con la Técnica de Trauma Sin Lágrimas. Aunque había logrado suprimir su llanto, ella estimó que si fuera a pensar en la película, su miedo subiría 10 en la escala de 0 -10. Empezamos a hacer tapping con la frase preparatoria, “Aunque tengo esta película de horror…” esperando reducir el miedo anticipado, pero todavía sentía que subiría a 10.
Entonces me pareció mejor dar un paso atrás y acercarnos al asunto a hurtadillas. Quería encontrar un evento similar pero menos intenso que pudiéramos despejar primero. Le pregunté si podía recordar alguna vez recientemente cuando un perro le asustó, y ella recordó un perro que le ladró en la calle. Después de limpiar la carga emocional de ese evento, regresamos a la “película de horror”. Empecé (¿intuitivamente?) a formular la frase de preparación con, “Aunque no pude…” y Isabel empezó a llorar; tocamos un nervio, y entonces simplemente hicimos tapping sin hablar hasta que las lágrimas pasaron.
Hicimos una ronda con la siguiente afirmación, buscando reencuadrar sus sentimientos de impotencia y desesperación:
“Aunque tengo esta película de horror, y estaba yo muy chiquita, hice todo lo que pude, no fue suficiente, realmente fue todo lo que pude, realmente tuve mucho valor, me amo y me honro por el valor que tuve.”
“Aunque no pude defender a mamá, sólo tenía 6 años, me amo y me honro por hacer todo lo que estaba a mi alcance.”
Al terminar esta ronda ella seguía notablemente cargada de emociones. Su miedo subiría a 8 si fuera a recordar el evento, por lo que hicimos tapping usando la frase:
“Aunque todavía me asustaría mucho recordar con detalle el evento, realmente tuve mucho valor, defendí a mamá lo mejor que pude a mis seis años, con mucha valentía y me honro y me amo.”
Aquí fue capaz de contar un poco de su historia. Su madre estaba embarazada, tenía ocho meses de embarazo; los perros eran de su abuelo y los habían soltado sus tíos que eran medios hermanos de su mamá.
“Aunque mis tíos, medios hermanos de mamá, soltaron maldadosamente a los perros y eso me hace odiarlos, aún así me amo y me acepto.”
“Aunque siento odio por mis tíos, que no me ayuda a mí, me amo y me acepto completamente.”
Averigüé las emociones sobre sus tíos y sentía lástima; averigüé las emociones sobre los perros y ella sentía ganas de envenenarlos.
“Aunque siento ganas de envenenar a Bandido y a Estrella y este sentimiento no me está ayudando a mí, me amo y me acepto.”
“Aunque tengo estas ganas de envenenar a los perros por destrozar la espalda de mamá, a mí me amo y me acepto. Tal vez sólo estaban obedeciendo a mis tíos o a sus instintos.”
Comenzó a llorar y dijo sentir tristeza, impotencia y miedo, una mezcla de emociones, en la cual la más fuerte era el miedo.
“Aunque de nuevo siento miedo al recordar lo que pasó cuando mis tíos soltaron los perros, me amo y me acepto.”
“Aunque vuelvo a sentir miedo, miedo de una niña de 6 años de recordar como soltaron los perros mis tíos, me honro por lo que traté de hacer, me honro por enfrentar a los perros feroces.”
Junto con el miedo se disipó la tristeza y quedó la impotencia, “hubiera querido tener una pistola”.
“Aunque siento mucha impotencia de recordar como los perros atacaron a mamá, estando ella embarazada de 8 meses, no pude hacer más, hubiera querido hacer más, me amó y me aceptó de todas formas.”
“Aunque siento mucha impotencia de recordar lo que hicieron los perros que no pude impedir, me amo y me acepto completamente.”
Las emociones habían bajado casi a cero, y entonces le pedí que contara toda la historia desde el principio.
“Llegamos mi mamá, mi hermanita y yo; mi mamá estaba embarazada y eran principios de febrero. Nosotros vivíamos con mi abuelo y llegamos y no estaba, se había ido al cine porque mi abuelo acostumbra en la tarde irse al cine; había un cancel con una bardita de esos cuadrados bien sencillitos pues, y mi mamá llegó bien cansada y se sentó y le preguntó a Felipe que es mi tío, “Oye Felipe, ¿no está mi papá?”, “No, no está”, “Agárrame a los perros”, “Ay, no estés ch*ngando”.
Entonces vino una emoción de coraje contra los tíos:
“Aunque siento coraje con mi tío Felipe por lo que dijo a mamá estando ella embarazada, me amo y me acepto.”
Ella reportó que el enojo había bajado mucho, y siguió con la historia. “Entonces mi mamá se sentó a esperar a mi abuelo. “Yo sabía que no la querían, a nadie porque son medios hermanos. Mi mamá se sentó en la bardita y nosotros nos pusimos a jugar, mi hermanita y yo, en el piso y en eso alguien, mi tío abrió la puerta y se salieron los perros y se le dejaron ir a mi mamá. Entonces mi mamá gritó.” Nuevamente vino una emoción que ella llamó sentimiento.
“Aunque tengo sentimiento por la maldad de mis tíos, y este sentimiento no me ayuda, y probablemente mis tíos tampoco están resintiendo mi sentimiento, aún así me amo y me acepto.”
Al terminar este tapping el sentimiento había desaparecido, pero había un coraje de nivel 4.
“Aunque estoy sintiendo coraje con mis tíos y no es para menos, no merecen que les deje de sentir coraje, el problema es que ni saben que tengo coraje, y me estoy haciendo daño a mí misma, y aún así me amo y me acepto.”
“Aunque estoy sintiendo coraje con mis tíos, me amo y me acepto y estoy dispuesta a considerar dejar ir el coraje.”
Bajó el coraje y siguió contando su película, “Cuando mi mamá estaba sentada y gritó, nos paramos y… me acuerdo que estaba haciendo mucho frío y mi mamá traía una capa, de esas tejidas que se usaban antes color moradito con rosa, un suéter, dos blusas y un fondo. Cuando mi mamá empezó a hacer gestos de dolor, empezó como a retorcerse así de ayyy, uyyy, entonces yo me paré y vi los perros que le hacían así por entre los barrotes y metían el hocico y le arrancaban la carne y yo les veía la carne así como si estuvieran comiendo bistek.”
Entonces apareció una emoción que no pudo identificar. Hicimos tapping sobre “Aunque tengo este sentimiento feo de recordar como le arrancaban los perros la carne a mi mamá.”
Tras el tapping dijo que sentía como si alguien la apapachara y le dijera “tranquila, tranquila ya no estás ahí”.
“Cuando vi que le arrancaban la carne a mi mamá y todos los perros estaban llenos de sangre, yo me quité, me subí a un cancel y me quité un zapato de charol que tenía negro, y les empecé a pegar y les gritaba “¡Suelten a mi mamá, suelten a mi mamá!”, pero parecía como que les daba más coraje. Le metían más el hocico como que le quisieran arrancar la espina. Vi que no me hacían caso que no les dolía.” En este momento regresó la emoción de impotencia que volvimos a hacer tapping con la frase:
“Aunque siento esta impotencia, les pegaba a los perros con mi zapato negro de charol y parecía que sólo se ensañaban más, que le querían arrancar la espina a mi mamá, aún así me amo y me acepto.”
Pudo seguir con la historia, “Cuando vi que no podía hacerles nada, me bajé y agarré a mi mamá de las manos y la jalé y me dijo, “No hija, no me jales, así déjame, me duele así, no me jales, déjalos, déjalos”.” Entonces nuevamente vino una emoción de dolor, para la cual también hicimos tapping:
“Aunque siento mucho dolor de no poder ayudar a mamá, sólo me decía déjame, déjame, me duele, aún así me amo y me acepto.”
“Aunque siento mucho dolor de recordar el dolor de mamá, y su rostro, aún así me amo y me acepto completamente.”
Continuó con la historia, “Cuando salieron los vecinos porque gritamos, gritamos nosotras pues fuimos nosotras a las casas a tocar, salieron los vecinos… Les gritaron a mis tíos y metieron a los perros y cuando la soltaron los perros mi mamá se desmayó. Se cayó desmayada y nunca la llevaron a la ambulancia ni nada, porque mi mamá no quería, no quería que metieran a la cárcel a mi abuelo porque era el dueño de los perros, y a los ocho días mi mamá se alivio. Se alivió en la calle porque nadie la quiso llevar al hospital, y mi mamá no se podía acostar porque le dolía la espalda y no se podía estar boca abajo porque estaba embarazada. Entonces mi mamá sufrió mucho y yo hasta ahorita digo que Dios tenga en sus santos infiernos a mi abuelo, no puedo quitarme este coraje.” Hicimos tapping para el coraje a su abuelo:
“Aunque siento coraje con mi abuelo porque no hizo nada para proteger ni ayudar a mi mamá, su hija, aún así me amo y me acepto.”
“Aunque siento coraje con mi abuelo, aunque ya está muerto, y deseo que esté en los santos infiernos de Dios, aún así me amo y me perdono, no es para menos, ya pasó y tal vez ya no me sirve este coraje.”
“Aunque todo eso ya pasó y sigo sintiendo coraje, aún así me amo y me acepto y me perdono por lo que deseo a mi abuelo.”
Con esto terminamos la sesión, sabiendo que si se imaginaba a un perro ya no le tenía miedo, aunque seguiría respetando a los perros feroces. Todo el porte de Isabel había cambiado; se reía y sonreía, estaba relajada.
Con un gran suspiro dijo que se sentía aliviada y cansada, el miedo excesivo se había ido.
Seguimiento a los 3 meses:
Me cuenta Isabel que recientemente caminaba por la calle con su hijo cuando él vio un perro pitbull adelante. Conociendo su miedo a los perros, su hijo le preguntó si quería dar la vuelta por otra calle, pero para su sorpresa Isabel le dijo que no había problema y siguieron su camino pasando a una distancia prudente pero no lejos del perro. Ella dice que esto hubiera sido impensable antes de la sesión de EFT.
David MacKay